viernes, 7 de septiembre de 2012

AMAGATIJÓS!

TRISTÁN & SUS AMIGOS


Tristán, como todos los niños de su edad, tiene un escondite en un lugar de la casa: el hueco que hay entre el sillón orejero de su padre y la puerta de la terraza. Hasta allí se va con sus tebeos y sus coches a la hora de la siesta y se envuelve en la cortina por si a alguien le da por asomar la cabeza por donde no debe. Le encantan esas horas en las que el sol pega tanto que le calienta la espalda. Definitivamente este escondite es mejor que el anterior. Empezó a esconderse bajo la mesa de la cocina para poder comer algunas galletas de chocolate de más. La cosa se volvió más peligrosa cuando a su madre se le ocurrió cambiar el largo mantel de la mesa por uno "más mono", como decía ella, pero bastante más corto. Aún así, como nadie parecía percatarse de su presencia, siguió usando ese escondite un tiempo más. Hasta que descubrió que cuando su madre se enfadaba, se desahogaba en la cocina. Y adiós a la tranquilidad del lugar. Aunque tampoco ayudaba que a Quim, el golden retriever de su hermano, le encantaran las galletas. Eso era lo bueno de su nuevo escondite: que el perro era demasiado grande para entrar en él. Y si él no cabe, un adulto, mucho menos. Los escondites deben ser sólo cosas de niños. ¿Cuál es el tuyo?

SMMC


Cartesdefum@hotmail.com

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