Se me parte el alma en mil pedazos de tan sólo pensar que ya no me
quieres. Que ya ni me nombre reconoces. Que el tiempo sea tan cruel con
la memoria. Se me estruja el estómago, me quitas la respiración, me
dejas suspendida en la nada cuando me ignoras en esa forma tan elocuente
y elegante que encuentras, que te queda justa y sabe como proceder.
Espero ansiosamente en mi rincón preferido de la habitación, frente a la
ventana que da al jardín, sentada como la última vez que escuche tu
voz, y deseo que no me olvides. Sonrío, inocente, bajo mi esperanza
débil pero existente. Me inspiras. Escucho la música de piano de fondo y
creo que debería empezar a tocar esas teclas, si las escucho y me hacen
sentir relajada, imagino que podría hacer de ese instrumento mi mejor
confidente. Quizás podría reemplazarte, intentar ocupar tu lugar, su
armonía, su perfección perseptible en el aire. Idénticos. No puedo creer
que aún te sienta, de a momento mas fuertes que otros, pero te metes en
mi cabeza y no sales, tan obstinado como siempre. No cambias más, me
sonrío y miro el suelo. Cabizbaja. Te he soñado todo estos ultimos días.
Mi primo me dijo hace unos días en el almuerzo familiar del domingo:
"cuando soñás con alguien, significa que la otra persona te extraña".
Adentro mío, rezo porque tenga razón.
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No siento tristeza. Sonrío porque al menos te tengo en sueños.
SMMC
PD ( cartesdefum@hotmail.com)
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