No atino últimamente.
No sólo sigo sintiéndome la más gilipollas
del lugar. Parece que el agotamiento físico y mental me está jugando
malas pasadas. Empiezo a sentir una susceptibilidad extrema que, en
ocasiones, me está haciendo perder la cabeza.
Me da la sensación
de que la cago por donde paso, cuando hablo y hago. Se me va la fuerza y
la pasión por mis absurdos actos y palabras. Creo que estoy más
desanimada aunque me lo quiera negar. Lloro por cualquier cosa. Estoy
borde. No rindo igual en el trabajo. Bajo la cabeza. No me siento
segura. Todo lo recuerdo con nostalgia. No duermo. Tengo pesadillas.
Estoy nerviosa. No pienso las cosas con la cabeza. Hago y deshago por mi
cuenta. He tenido varios disgustos y no me encuentro bien para
enmendarlos.
Estoy triste. Sin motivo ni razón aparente, pero lo
estoy. Puede ser el exceso de actividad, el ir corriendo de un lado para
otro, el pensar a mil por hora sin sacar ni una sola buena conclusión,
el desesperarme por lo que antes no tenía importancia, el mal humor que
me acompaña gran parte del día, la lluvia, el frío... vete a saber.
Afortuna
o desgraciadamente, en las últimas semanas no cuento con demasiado
tiempo libre, ni para mí ni para nadie. Y, aunque trato de disfrutar de
mis ratitos de ocio, no los vivo con la misma intensidad.
Hasta
me da la sensación de que estoy perdiendo las formas. Meto la pata sin
darme cuenta, no me entero de lo que me dicen, bebo tan rápido que
después tengo que esconderme para vomitar toda clase de mierda, me
siento incómoda en cualquier situación, me cuesta sonreír... es como si
estuviera perdiendo todo lo que hasta ahora había recuperado, que no era
poco. Bendita estabilidad. Puede parecer que tomo el pelo, pero, sin
embargo, soy yo la que se siente estafada.
Daría lo que fuera por
desaparecer unos días. Escaparme a un pueblo perdido en algún rincón
del mundo, guarecerme del frío en una cabañita de madera y ver caer la
nieve tras el cristal. Sentarme frente a una gran chimenea arropada por
una mantita y tomar un café con leche caliente mientras paso las páginas
de una buena novela. Creo que ahora mismo sería una de las pocas cosas
que podrían reconfortarme.
Puede que lo que realmente necesite
sea pasar más tiempo conmigo misma, ordenar mis pensamientos y deseos,
apartar lo que me hace daño y quedarme con lo bueno. Porque tengo tal
caos emocional que no acierto a dar un paso firme y me niego a quedarme
más tiempo entre arenas movedizas.
El tiempo ayudará... supongo... verdad?
SMMC
PD ( Cartesdefum@hotmail.com) - https://www.facebook.com/sarusky.martinez
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